sábado, noviembre 18, 2006

El poeta



               A Miguel Labordeta, mi hermano

Él quiso ser
palabra sobre el río al amanecer,
y caminó
por viejas esperanzas que nadie entendió.
Dejó después
la mano entre las manos y se nos marchó
con un suave silencio
que el viento rompió.

          Su gesto fue
          dolido por el caminar
          entre yermos y piedras
          y un extenso erial.

Su voz se ató
al yermo del paisaje y a la sangre en flor.
Se hizo pared
allí donde los muros cayeron tras él.
Su soledad
abrió por los caminos la necesidad
que levanta a los hombres
a la libertad.

          Caminos son
          abiertos por su fuerte voz
          lanzada contra cierzo y sol
          y contra tantos siglos de dolor.

José Antonio Labordeta

José Antonio Labordeta (Cantar y callar)

José Antonio Labordeta (Labordeta en directo)

Monte Solo

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